Título: La niña alemana
Autor: Armando Lucas Correa
Año: 2016
Editorial: Ediciones B
Saga: - Autoconclusivo
Páginas: 427
Género: Ficción histórica, novela política
Precio: 12,95 €
Puedes comprarlo AQUÍ
Autor: Armando Lucas Correa
Año: 2016
Editorial: Ediciones B
Saga: - Autoconclusivo
Páginas: 427
Género: Ficción histórica, novela política
Precio: 12,95 €
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SINOPSIS
Berlín, 1939. Hannah Rosenthal es una niña judía de familia acomodada cuya vida sufre un dramático vuelco tras el ascenso de los nazis al poder. Su única salida podría estar a bordo del St.Louis, un transatlántico que parte rumbo a Cuba con casi un millar de refugiados.
Hoy vengo a hablaros de otro de los libros que me traje a Francia, La niña alemana. Compré este libro en verano un día cualquiera cuando fui a hacer la compra al supermercado, vi que ponía que era un libro que gustaba a los lectores de La ladrona de libros (uno de mis libros favorito) y no me lo pensé dos veces. Os tengo que decir que me ha gustado, pero no tiene ni punto de comparación con la obra de arte de Markus Zusak.
Me gustan los libros que tratan la Segunda Guerra Mundial, los que se ambientan en ella aunque la historia en sí sea ficticia. En este caso, tenemos a una familia acomodada de judíos que viven en Berlín justo antes de que estallase la guerra. Ya en esos momentos se sentía en las calles el repudio hacia los que los nazis llamaban «impuros»; vivir allí siendo judío era cada vez más insoportable, así que los Rosenthal comenzaron a planear su huida hacía algún país que quisiera acogerlos.
El libro comienza con los deseos de Hanna de matar a sus padres. Esta niña de tez blanca, rubia y de ojos azules se siente alemana y no entiende por qué quieren alejarla de su querido país, de su querido Leo. Cuando al fin deciden partir, poner rumbo a Cuba en el transatlántico St. Louis, Hanna y sus padres no saben que lo peor solo acaba de empezar.
Lo que más me gusta de La niña alemana es que no es el típico libro de la Segunda Guerra Mundial: la historia no se centra en la guerra, sino en la problemática de los pasajeros del St. Louis que, como bien dice el autor en una nota al final del libro, se ha borrado hasta de los libros de historia. Precisamente, yo nunca había oído hablar de este suceso y me parece muy importante que no quede en el olvido.
La pluma del autor juega un papel significativo en este libro porque, a través de sus palabras, debe hacernos sentir cosas tales como el sufrimiento, el dolor o la rabia de una familia que intenta aferrarse a un país que no la quiere. He de decir que eso lo consigue, lo que no consigue es mantenerme en vilo, hacerme querer seguir leyendo. Puede que sean las descripciones, demasiado largas, o la cantidad de información innecesaria, pero no conseguí meterme en el libro hasta la segunda mitad.
En cuanto a la estructura, vemos que se van compaginando capítulos narrados por Hanna en 1939 y por Anna, su sobrina nieta, en 2014. Hay capítulos de todas las medidas, aunque no suelen ser demasiado largos. Esta forma de estructurar el libro me parece una buena idea porque juntando la información de las dos partes podemos conseguir todos los detalles para enterarnos sin problemas de la historia.
Los personajes son uno de los aspectos que más me han sacado de la historia. Están bien construidos en el sentido de que cada uno tiene un carácter definido, sí, pero vaya carácter. Por poner un ejemplo, la madre de Hanna me saca de quicio; su marido la llama la Divina porque siempre va súper arreglada. Pero su obsesión por ir «divina» y llamar la atención llega a tal punto que tiene que entrar la última a muchos lugares para dar el cante y que la gente se fije en ella, y eso, en mi opinión, no pega con el libro y con lo que este quiere transmitir.
Nuestra protagonista es Hanna. Al principio no lograba congeniar con este personaje, pero antes de llegar a la mitad del libro lo he conseguido. Creo que Armando expresa muy bien a través de ella los sentimientos de los judíos durante la guerra. Por otro lado también encontramos a Max, su padre, o a Leo, con quien tiene una relación preciosa. En la parte narrada por Anna la encontramos a ella, una niña muy parecida a su tía abuela, y a su madre, Ida.
En conclusión, es un libro que cuenta una problemática poco conocida de la época nazi que no debe quedar en el olvido. Armando Lucas Correa nos cuenta esta historia con una prosa sencilla, aunque a veces da la impresión de que incluye información que solo «engorda» el libro. Una estructura destacable y un tema que te hace sacar los sentimientos a flor de piel; La niña alemana es un libro ideal para aquellos que quieran una lectura para disfrutar sin prisas.
Me gustan los libros que tratan la Segunda Guerra Mundial, los que se ambientan en ella aunque la historia en sí sea ficticia. En este caso, tenemos a una familia acomodada de judíos que viven en Berlín justo antes de que estallase la guerra. Ya en esos momentos se sentía en las calles el repudio hacia los que los nazis llamaban «impuros»; vivir allí siendo judío era cada vez más insoportable, así que los Rosenthal comenzaron a planear su huida hacía algún país que quisiera acogerlos.
El libro comienza con los deseos de Hanna de matar a sus padres. Esta niña de tez blanca, rubia y de ojos azules se siente alemana y no entiende por qué quieren alejarla de su querido país, de su querido Leo. Cuando al fin deciden partir, poner rumbo a Cuba en el transatlántico St. Louis, Hanna y sus padres no saben que lo peor solo acaba de empezar.
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Pág. 333 |
En cuanto a la estructura, vemos que se van compaginando capítulos narrados por Hanna en 1939 y por Anna, su sobrina nieta, en 2014. Hay capítulos de todas las medidas, aunque no suelen ser demasiado largos. Esta forma de estructurar el libro me parece una buena idea porque juntando la información de las dos partes podemos conseguir todos los detalles para enterarnos sin problemas de la historia.
Los personajes son uno de los aspectos que más me han sacado de la historia. Están bien construidos en el sentido de que cada uno tiene un carácter definido, sí, pero vaya carácter. Por poner un ejemplo, la madre de Hanna me saca de quicio; su marido la llama la Divina porque siempre va súper arreglada. Pero su obsesión por ir «divina» y llamar la atención llega a tal punto que tiene que entrar la última a muchos lugares para dar el cante y que la gente se fije en ella, y eso, en mi opinión, no pega con el libro y con lo que este quiere transmitir.
Nuestra protagonista es Hanna. Al principio no lograba congeniar con este personaje, pero antes de llegar a la mitad del libro lo he conseguido. Creo que Armando expresa muy bien a través de ella los sentimientos de los judíos durante la guerra. Por otro lado también encontramos a Max, su padre, o a Leo, con quien tiene una relación preciosa. En la parte narrada por Anna la encontramos a ella, una niña muy parecida a su tía abuela, y a su madre, Ida.
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En conclusión, es un libro que cuenta una problemática poco conocida de la época nazi que no debe quedar en el olvido. Armando Lucas Correa nos cuenta esta historia con una prosa sencilla, aunque a veces da la impresión de que incluye información que solo «engorda» el libro. Una estructura destacable y un tema que te hace sacar los sentimientos a flor de piel; La niña alemana es un libro ideal para aquellos que quieran una lectura para disfrutar sin prisas.
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3/5 |
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