AUTORA: Lara Avery
TRADUCTORA: Victoria Simó
AÑO: 2016
EDITORIAL: Alfaguara
PÁGINAS: 304
GÉNERO: Drama juvenil
PRECIO: 16,10 €
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«Dicen que mi memoria nunca volverá a ser la misma, que empezaré a olvidar cosas. Al principio, solo algunas y, luego, muchas. Así que escribo para recordar.»
Sammie siempre ha tenido un plan: sacar las mejores notas, estudiar Derecho, y ser abogada para defender los Derechos Humanos en Nueva York. Cree que nada se interpondrá en su camino, hasta que descubre que sufre una extraña enfermedad genética que, según los médicos, le robará los recuerdos y la salud.
Lo que Sam necesita es un nuevo plan. Decidida a vivir una vida que no puede esperar, se lanza a vivir un verano de primeras experiencias:
Su primera fiesta.
Su primera muestra de rebeldía.
Su primera amistad verdadera.
Su último amor.
¿A quién no podrás olvidar nunca?
Último año de instituto. Mil sueños por delante, algunos alcanzables. Un obstáculo: Niemann-Pick tipo C.
Sammie es una adolescente que pronto acabará el instituto. Comienza a escribir una especie de "diario" (aunque ella prefiere llamarlo libro o kit de supervivencia) cuando le confirman que padece la enfermedad Niemann-Pick tipo C, una enfermedad cuyo síntoma principal (pero no único) es la pérdida de memoria. Sammie escribe para recordar, para no olvidar todo lo que fue.
En este libro acompañaremos a nuestra protagonista durante toda su enfermedad, viviendo en primera persona sus días buenos, sus días no tan buenos, sus recaídas y su lucha contra una enfermedad imbatible. Pero no solo nos centraremos en eso, también veremos como a pesar de todo, Sammie tendrá la fuerza de intentar llevar una vida normal, de socializar (algo que siempre le ha costado mucho) y de crear momentos especiales con personas que lo son incluso más.
Participar en el Torneo Nacional de debate es el sueño de Sammie a corto plazo. A medio plazo, llegar a la universidad. A largo plazo, conseguir su diploma y ejercer su profesión soñada. Sus planes se truncan, pero no por ello va a dejar de luchar. Con Stuart vivirá cosas que no había vivido con nadie. Con Maddie, sacará su lado perfeccionista, pero también su parte sociable. Con Coop, volverá a ser esa niña que observaba a los pájaros y corría por el campo.
Sammie me ha parecido un personaje principal enternecedor. Es introvertida, estudiante (algunos dirían empollona) y optimista. Sí, de todo lo que compone a Sammie, lo que más la define es su optimismo. Un optimismo que envidié de principio a fin; ya me gustaría a mí tener la fuerza para echarle a esta enfermedad las ganas de luchar que le echó ella. En general, me parece el personaje mejor construido. Con ella podemos apreciar el proceso de documentación en el que se sumergió la autora para reflejar de forma realista la enfermedad y sus síntomas.
Aparecen más personajes, sí, aunque ninguno tan bien construido como Sammie. Encontramos a dos chicos que entrarán en la vida de nuestra protagonista para dejar huella: Stuart, un escritor adolescente al que se le augura un gran futuro; a lo largo del libro me di cuenta de que no conseguía conectar con él, a pesar de que estaba de acuerdo con sus decisiones. También conocemos a Coop, el antiguo mejor amigo de Sam; en su caso me pasó algo similar, aunque la evolución de este me pareció más acertada. Asimismo, también conocemos a Maddie, a los padres de Sam, que se dejan la piel para sacar a su hija adelante y costear sus tratamientos; a sus dos hermanas y a su hermano.
La historia en sí es simple; quiero decir, si no tenemos en cuenta la enfermedad. La protagonista escribe todo lo que hace y siente, una vida normal y corriente de no ser por el maldito Niemann-Pick C. Primeras veces, peleas, aventuras, etc. Todo lo que necesita un libro juvenil.
La parte dura viene cuando empiezan a notarse los síntomas. Leer cómo una adolescente normal y corriente que te está contando su vida y abriéndose a ti se apaga, ver cómo va perdiendo la memoria, cómo va cometiendo errores al escribir y sentir como sus fuerzas se van apagando es duro de leer, no os voy a engañar. Puede que sea uno de los libros más tristes que he leído (porque yo ODIO leer libros tristes), pero a la vez esta historia está llena de momentos bonitos que vale la pena conocer.
Una historia que nos recuerda que no somos invencibles, pero que por eso mismo debemos vivir como si lo fuéramos. El optimismo, la fuerza y los momentos bonitos llenan este libro de vida y ternura, a pesar de ser uno de los más tristes que he leído en mucho tiempo.
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| 3,5/5 |
LARA AVERY
Creció en Topeka, Kansas, donde fue jugadora de baloncesto. Publicó su primera novela, Anything but ordinary, en 2012. Su única novela traducida al español hasta el momento ha sido Kit de supervivencia para mi futura yo. Ahora vive en Minneapolis, Minnesota, donde está escribiendo su siguiente novela.
